Acabo de llegar a Lampa, un lugar muy tranquilo y semirural ubicado a 37 k
ilómetros al norponiente de Santiago. Comienzo a caminar por un camino de tierra en busca de la “señora de las codornices”, así la conocen sus vecinos. Ubiqué su dirección y a los segundos aparece ella, pequeña, morena y con una gran sonrisa. Me invita a pasar y mientras tanto me muestra su casa con orgullo, explicándome que cada madera y clavo fueron puestos tanto por su esposo como por ella.
Decidimos hacer la entrevista en el invernadero, pero antes debemos vestirnos con unos overoles de color azul, pues me cuenta que las codornices son sensibles a los colores claros, a las corrientes de aire, y siempre la temperatura ambiente del lugar debe ser la misma tanto en invierno como en verano. Insólito, jamás pensé que estas aves necesitaran tantos cuidados. Al entrar me doy cuenta que son muchísimas, según esta criadora tiene unas 900 en las jaulas las que ponen 1 huevo diario.
Pero Nancy no siempre fue microempresaria, ni menos experta sobre codornices. Antes de todo esto, ella estudio párvulo y ejerció durante varios años su profesión, pero su vida cambio completamente al conocer a Héctor. Se ríe cuando le pregunto cómo conoció a su esposo, y me cuenta que un día iba con una amiga por la calle cuando él apareció de la nada y se metió en su conversación. No las conocía, ni nada, simplemente le habló. Nancy reaccionó muy mal y lo regaño, pero al tiempo se hicieron buenos amigos, fueron pareja durante 5 años y se casaron.
¿Cuándo decidió dejar la ciudad?
-Después de casarnos en el año 1991 llegamos a Lampa, nuestra idea era postular subsidio pero al final nos arrepentimos, juntamos unos pesitos y nos compramos una parcela que no tenía luz ni agua en esa época.
¿Fueron muy difíciles aquellos años?
- Sí. De hecho dejamos todo y nos vinimos igual a nuestra parcela. Teníamos una carpa y una pieza en donde vivíamos con nuestra pequeña hija. Un vecino de al frente nos daba luz y agua, teníamos lámparas a gas y para ver algo de televisión cargábamos baterías.
¿En qué momento comenzó con el criadero de codornices?
- Hubo un periodo en que estuvimos muy complicados y el dinero no nos alcazaba. Además, mi esposo quedo justo sin trabajo así que empezamos a probar con varios negocios, por ejemplo, él hacia muebles y yo conseguía los contactos, también hizo ataúdes y nos estafaron. Vendí mermeladas, tortas y flores hasta que a mi esposo se le ocurrió probar con las codornices.
- Hubo un periodo en que estuvimos muy complicados y el dinero no nos alcazaba. Además, mi esposo quedo justo sin trabajo así que empezamos a probar con varios negocios, por ejemplo, él hacia muebles y yo conseguía los contactos, también hizo ataúdes y nos estafaron. Vendí mermeladas, tortas y flores hasta que a mi esposo se le ocurrió probar con las codornices.
¿Cómo aprendió a criar codornices?
- Al principio me asesoró otra criadora, y una vez que juntamos un poco de plata compramos 40 ejemplares, machos y hembras, luego postulamos a un proyecto del Indap lo que nos permitió comenzar con este negocio y salir adelante.
¿Por qué las personas deberían consumir los huevos de codorniz y no los de gallina?
- Porque tienen muchas cosas buenas para nuestro organismo, por ejemplo: son ricos en proteínas, tienen propiedades antialérgicas, poseen alto nivel de vitamina A, C, D y calcio, incluso se recomienda para el desarrollo infantil, el periodo post-menopausico y para adultos, ancianos y convalecientes, estos son sólo algunos de los aportes que tienen estos pequeños huevos.
¿Está conforme con sus logros?
- Claro que sí. Ahora soy una emprendedora y participo en otras organizaciones como ANAMURI(Asociación Nacional de mujeres rurales e indígenas) y AMAPACH(Mujeres rurales productoras de la provincia de Chacabuco), en donde nos agrupamos todas las mujeres que queremos salir adelante y nos apoyamos entre nosotras. Ahora me siento independiente y feliz con lo que hago.
¿Y su familia qué dice al respecto?
- Ellos están orgullosos y me apoyan en todo. Mi marido me ayuda a limpiar las jaulas y mis hijos se preocupan de atender a la gente que van a mi casa a comprar.
¿Si alguien se interesa en comprar sus huevos de codornices dónde la pueden ubicar?
- Me pueden llamar a mi teléfono 08-9966424, ahí nos ponemos de acuerdo.
¿Qué le diría a otras mujeres que tienen proyectos y no se atreven?
- Que los hagan y que se la jueguen por sus ideas, al principio cuesta un poco pero después te vas por un tubo. Es cosa de averiguar por aquí y por allá si hay algún fondo concursable, sólo te tienes que mover y seguir adelante pese a todo.
Teléfono de contacto:(2) 8421777
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